Periódico "El Raval"

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jueves, 10 de mayo de 2018

 Las agresiones sexuales

 Se está hablando mucho en los últimos años de la violencia contra las mujeres. Casi todo el mundo sabe que hay unas 50 víctimas de violencia de género cada año: una muerte violenta por semana. A todo el mundo le escandaliza y con razón.

Lo que no sabe casi nadie es el número de víctimas de agresiones sexuales...¿Usted lo sabe? ¿Sabe cuántas mujeres son agredidas sexualmente cada año?

Seguramente habrá estadísticas policiales de denuncias o incluso judiciales de procedimientos abiertos por esta causa. Pero ni se molesten en buscarlos. Mi experiencia profesional me dice que ¡esos datos serán falsos!. Seguro.

Lo sé porque en terapia atiendo a numerosas mujeres que me cuentan que han sufrido agresiones sexuales y nunca las han denunciado. Eso sí, las secuelas psicológicas las siguen padeciendo durante muchos años.

No se denuncian muchas de las agresiones sufridas en el ámbito familiar: padres (sí, padres), padrastros, tíos, hermanos mayores y abuelos. De todo eso me he encontrado en mi consulta desde hace años. Y las pacientes no denunciaron porque eran niñas y no querían y no podían asumir el trauma de relatar esas agresiones y enfrentarse al desmentido del agresor. En otros casos para no hacer daño a sus madres o porque se sentían culpables...

También me he encontrado con agresores próximos a las familias: amigos de los padres, cuidadores, profesores, monitores. En estos casos sí que es más frecuente que se produzca la denuncia, pero aún así estoy segura de que las estadísticas no reflejan más que un porcentaje pequeño de los casos que se producen.

También están las agresiones sexuales en las que el agresor es un desconocido. Y tampoco las estadísticas reflejan la realidad, porque si bien las violaciones suelen denunciarse (ni mucho menos en todos los casos) no suelen denunciarse más que en algunos casos las agresiones «menores» que abundan enormemente en algunos ambientes, discotecas, por ejemplo.

Finalmente estan las agresiones en el medio profesional/laboral.  Mi experiencia también me dice que el número de denuncias por acoso o agresión sexual en el medio laboral no refleja la realidad. Pueden imaginar que la razón es el miedo a perder un  trabajo que se necesita para sacar a delante a la familia o a perder una oportonidad de promoción profesional.

Si eres mujer y has pasado por alguna de estas traúmaticas experiencias psicológicas, no dudes en pedir ayuda profesional. Hay cosas que se pueden hacer «en casa» pero librarse de las secuelas de estas agresiones no es una de ellas.

 Mª José Hernando. Psicóloga
Visitas concertadas llamando al 627 908 300

miércoles, 9 de mayo de 2018

¿Otra vez «Volem un barri digne»?

Hace unos años, cuando se acercaba el periodo electoral que finalmente acabaría con la mayoría socialista en el ayuntamiento de Barcelona, los balcones del Raval se llenaron de pancartas con el texto «Volem un barri digne». Eran el centro más visible de una campaña en la que se impulsaban ideas del tipo: la situación es insostenible, las drogas y la protitución han  vuelto con más fuerza que nunca y están descontroladas, Hereu no quiere enterarse de lo que está pasando en el Raval, el Raval no aguanta más... ¿Les suena?

Pues la misma estrategia se está empleando ahora de nuevo. Es la vieja estrategia de utilizar los problemas del Raval, magnificarlos hasta el máximo, publicitarlos en el mayor número de medios posible y proyectar todo eso contra el alcalde de turno antes de unas elecciones. Aún cuando el alcalde de turno no sea el responsable de la mayoría de las competencias en esas materias que se denuncian. La consecuencia es la «estigamtización» del barrio (lo explicamos en páginas centrales), las pérdidas para el comercio, el favorecimiento de las estrategias de gentrificación y especulación, y la expulsión de vecinos.

Sabemos que hay militantes de Ciudadanos detrás de esta campaña como supimos que hubo militantes de CiU hace unos años. Nos dirán que miramos para otro lado y que no queremos reconocer la realidad. Ya lo hemos vivido antes. Ya nos dijeron las mismas cosas antes, cuando defendimos que el Raval es otra cosa distinta a la que nos venden los medios. Pero verán cómo después de las elecciones la campaña remite y el barrio «vuelve a ser guay»... en función de quien gane las municipales.

Partidos contra democracia

A mediados del mes de abril se produjo en el ayuntamiento de Barcelona una situación paradójica: una mayoría de partidos democráticos frustró el primer intento de democracia directa que se planteaba en Barcelona. La «multiconsulta» anunciada por el gobierno de los comunes no obtuvo los votos necesarios para su realización. Entre los temas sometidos a consulta estaba la municipalización del servicio de aguas. Pero eso, en este caso, es lo menos importante.

Lo importante es que se iban a someter al voto directo de los ciudadanos decisiones de cierta importancia para todos los vecinos de la ciudad y la mayoría de los partidos se opusieron. Llama la atención la posición de partidos como la CUP o el PdeCat que vienen haciendo un discurso muy por la democracia directa en el tema de la independencia.

¿Por qué se opusieron a consultar directamente a la ciudadanía en temas concretos de ciudad? Los argumentos empleados resultaron poco sólidos (la CUP incluso reconoció haberse equivocado) pero la cuestión se repite siempre en todas las instancias políticas: no gusta a los partidos que se propongan referendums de ningún tipo. La explicación está en la lógica de los partidos. Ellos necesitan que sus cúpulas tengan la posibilidad de negociar cesiones en unos temas para conseguir apoyos en otros. Y desde las cúpulas de los partidos controlan esas estrategias. Someter a referendum las cosas les «roba» esa posibilidad.

En el caso concreto de la multiconsulta planteada por los comunes en Barcelona, el voto negativo era, claramente, una estrategia para «azotar» a Ada Colau en uno de los puntos estrella de su programa de participación ciudadana.

Así pues, una vez más, las estrategias de partido privan a los ciudadnos de lo que hace tiempo debería ser un derecho. Es una pugna de poder y los partidos no quieren perder el suyo. Prefieren que lo pierdan los ciudadanos.  Y así vamos...

Lucha contra los narcopisos
Lo que hay que evitar y lo que sí puede ayudar

Que el Raval tiene un problema con los narcopisos lo sabemos todos. Que ese fenómeno se ha de combatir no lo duda nadie. Pero la cuestión es cómo hacer para avanzar hacia la solución y, sobre todo, cómo hacer para no agravarlo aún más.

Recientemente una asociación de vecinos muy activa en el barrio, la asociación RPR, convocó a los medios de comunicación para visitar una serie de narcopisos en el Raval. Vinieron casi 60 periodistas de una treintena de medios de comunicación. Ese mismo día, el Raval estaba en directo en varias televisiones y emisoras de radio y al día siguiente se podían encontrar en Google infinidad de referencias con la palabra Raval asociada a drogas.

Hace unas semanas, un vídeo se hizo viral con la imagen de dos energúmenos peleando en la calle con armas blancas, al parecer,  por un problema de drogas. De nuevo el Raval apareció por todas partes asociado a drogas.

¿A qué ayuda eso?. Pues está muy claro pero antes expondré un ejemplo muy «europeo».

La ciudad de Amsterdam tiene un barrio portuario muy famoso: «El barrio rojo de Amsterdam». Media europa sabe que allí hay prostitución porque se han hecho famosos sus escaparates con prostitutas expuestas. Es tan famoso que cualquier europeo que visite Amsterdam y quiera contratar los servicios de una prostituta sabe que allí la encontrará. La cuestión es: si usted es consumidor de prostitución y está en Amsterdam ¿A qué barrio se dirigirá? Otra cuestión no menos importante es ¿Si usted quiere explotar prostitutas y piensa en Amsterdam a qué barrio se dirigirá?

Estigmatizar 

Un estigma es una marca, una señal. Si en una ciudad o un territorio señalamos una zona, la marcamos en rojo, llamamos la atención sobre ella y gritamos bien alto: «¡¡aquí hay tráfico de drogas!!», aunque nuestra intención sea muy loable y nuestra indignación más que justificada, lo que estaremos haciendo es atraer hacia esa zona de la ciudad a todos los interesados en el mercado de la droga, tanto a compradores como a vendedores. Por tanto, la estrategia del grito, que no sirve para informar a los vecinos que ya conocemos de sobra el problema, ni para concienciar a las fuerzas de seguridad encargadas de combatir el problema, que también conocen de sobras el problema, sirve para atraer a consumidores de toda España hacia esta zona cuando visiten Barcelona y quieran comprar drogas. También atraerá  a algunos turistas-consumidores a esta zona y por último y por lógica, atraera a las redes de distribución hacia esta zona tan bien «publicitada».

Además, si este efecto no fuera suficientemente indeseable, también proyectará una «marca» un «estigma» sobre todos los vecinos del barrio. Nuestros jóvenes pasarán a ser «sospechosos» para una gran parte de la población de Barcelona y nuestros vecinos tendrán una imagen asociada a lo peor de la sociedad y al fracaso social. Los comercios tenderán a perder clientes, nuevos emprendedores se lo pensarán antes de invertir en el barrio, aumentará el riesgo de persianas bajadas, contribuirá al empobrecimiento del tejido comercial y de la vida barrial.

No busquen en mi análisis una crítica a la intención de losmiembros de la asociación RPR que luchan honesta- mente contra el narcotráfico. Sí pueden buscarla a la actitud de los medios de comunicación convencionales siempre ávidos de droga, sangre y prostitución en sus incursiones periódicas en el barrio.  

Lo que sí puede ayudar 

La tarea de luchar contra este tipo de delincuencia (y cualquier otro) corresponde directamente a los cuerpos de seguridad. También tienen un papel importante los miembros del sistema judicial y, por supuesto, los legisladores. De estos tres estamentos podemos decir sin alargarnos que los primeros están trabajando con dedicación y bastante eficacia teniendo en cuenta las limitaciones a las que se ven sometidos; los segundos, que acumulan montañas de trabajo por falta de recursos,  aplican las leyes con una adaptación limitada por su propia naturaleza y los legisladores está mirando para otro lado bastante alejado de las problemáticas de los barrios como el Raval y a ellos sí habría que exigirles mucho más de lo que están haciendo hasta el momento  presente.
Pero la convivencia vecinal es cosa de todas/os y el problema de los narcopisos afecta grave y directamente a la convivencia y por eso los vecinos también tienen que tener un papel en la lucha por su erradicación.

En este sentido lo primero es organizarse. Y eso, aunque  ya está en marcha, debería implicar a muchos más vecinos. Por ello creo que es importante insistir en la convocatoria vecinal sin descanso.

Lo segundo es coordinar. Coordinar entidades vecinales y también coordinar a esas entidades con entidades de otro tipo que trabajan en el territorio. Hay que coordinar vecinos con comerciantes y a todos con entidades sociales, culturales, educativas, etc para conformar un frente amplio y sólido de los ciudadanos honestos del Raval.  Y a todo este frente amplio coordinarlo con las fuerzas de seguridad para ayudar en lo que se pueda.

Hecho este esfuerzo de coordinación que es barrial y no sale de los límites del territorio, se ha de analizar las raíces del problema antes de lanzarse a medidas catárticas, emocionales y poco efectivas, cuando no directamente perjudiciales. Buscar medidas que tengan un amplio consenso, que dificulten la labor de los traficantes y que ahuyenten a los compradores.

Entre ellas, no se puede descartar la ocupación preventiva de viviendas vacías por parte de familias y personas dispuestas a ello.El argumento de la legalidad se ha de considerar pero también se ha de considerar el bien común (que da sentido a la legalidad), la excepcionalidad del momento y el fenómeno a combatir, y la legitimidad de medidas de defensa de ese bien común mientras los legisladores miren para otro lado. Pero todo ha de ser consensuado y organizado con pulcritud.

El periódico «El Raval» estará siempre del lado de esta forma de trabajar y ofrece su apoyo en la forma en que le sea solicitado, si le fuera solicitado. Somos conscientes de nuestro papel en el barrio y nunca lo hemos soslayado. Eso sí, mantendremos nuestro criterio independiente asumiendo el riesgo de ser criticados por unos o por otros.  Como siempre lo hemos hecho.
 
Javier Alegría. Director y coordinador de «El Raval»