La lista de los desesperados
Para entender el momento que vivimos es necesario empatizar con el "otro". Hagámoslo:
· Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola, están imputados por el caso de la fortuna familiar escondida en Andorra. Seis de los siete hijos del matrimonio también están inmersos en envenenados procedimientos judiciales que se prolongarán en los próximos cuatro o cinco años. Sobre Jordi Pujol Júnior la amenaza de prisión es cada vez más inminente. La reputación del ex presidente de la Generalitat durante 23 años está totalmente dañada y hundida. El fantasma de la ruina económica se cierne sobre buena parte de la familia, que hasta hace un año era "intocable".
· Carles Sumarroca, el alter ego de Jordi Pujol en la vertiente empresarial, está imputado por la Audiencia Nacional, al igual que su hijo primogénito. Otro hijo, Jordi, está en la cárcel sin fianza por el caso de Torredembarra. Estos hechos tienen un impacto directo sobre la marcha de los múltiples negocios familiares (Comsa-Emte, Teyco, las cavas Sumarroca...).
· El juez del caso Palau ha dictado, finalmente, la apertura de juicio oral por este escandaloso robo. Además de Fèlix Millet y Jordi Montull –que se juegan 27 años de prisión- también está imputado el ex tesorero de CDC, Daniel Osàcar, a quien el fiscal pide 7,5 años de prisión. Además, CDC ha tenido que poner 15 sedes del partido como prenda, en previsión que tenga que pagar los 6,6 millones de multa que pide el fiscal por el tráfico de dinero de comisiones entre el Palau de la Música y la calle Córcega.
La situación del "núcleo esencial" de Convergència Democràtica es, este mes de agosto de 2015, objetivamente desesperada. Los fundadores del partido están en una irreversible espiral de destrucción de su nombre, de su vida, de sus empresas y de la organización política que crearon.
Esta es la realidad y todo el resto es hojarasca. El 27-S es el último cartucho que les queda por disparar ante el asedio judicial asfixiante que sufren. Seamos serios. De las penas que pasan –y que entiendo- la familia Pujol, la familia Osàcar, la familia Millet o la familia Sumarroca sólo hay un culpable: ellos mismos, en su infinita prepotencia e impunidad. Lo siento mucho, de verdad, pero las cosas son así.
En este sentido, también siento una inmensa empatía por todos aquellos catalanes que, de buena fe, sienten ilusión por la lista conjunta de Junts pel Sí. Pero quiero decirles que son los "tontos útiles" de la maniobra a la desesperada del "núcleo esencial" de CDC para intentar romper este angustioso e implacable asedio judicial. ¡Nadie obligó a Jordi Pujol a hacer la confesión del 25 de julio del año pasado!
Lo siento por Raül Romeva, por Muriel Casals, por Carme Forcadell, por Lluís Llach, por Germà Bel y por todos los independientes independentistas que han aceptado, de buen grado, formar parte de Junts pel Sí. Lo siento por Oriol Junqueras y ERC, que han caído en la trampa del "núcleo esencial" de CDC (¿o es al revés?). En todo caso, este 27-S se juega en clave de supervivencia de unos intereses perversos que, durante las últimas décadas, han utilizado el nombre y los símbolos de Catalunya y la sagrada memoria de los héroes que lucharon por nuestra libertad para instaurar un sistema generalizado de corrupción totalmente asqueroso e inadmisible. ¿Junts pel Sí? ¡Juntos para tapar las vergüenzas de CDC!
Tengámoslo claro: no es la independencia, es la impunidad. Por eso, el presidente Artur Mas no tiene ningún problema en romper con el socio de Unió, en "esconderse" como número 4 en la lista o en cargarse su partido. Él sabe, realmente, lo que hay.
· Jordi Pujol y su mujer, Marta Ferrusola, están imputados por el caso de la fortuna familiar escondida en Andorra. Seis de los siete hijos del matrimonio también están inmersos en envenenados procedimientos judiciales que se prolongarán en los próximos cuatro o cinco años. Sobre Jordi Pujol Júnior la amenaza de prisión es cada vez más inminente. La reputación del ex presidente de la Generalitat durante 23 años está totalmente dañada y hundida. El fantasma de la ruina económica se cierne sobre buena parte de la familia, que hasta hace un año era "intocable".
· Carles Sumarroca, el alter ego de Jordi Pujol en la vertiente empresarial, está imputado por la Audiencia Nacional, al igual que su hijo primogénito. Otro hijo, Jordi, está en la cárcel sin fianza por el caso de Torredembarra. Estos hechos tienen un impacto directo sobre la marcha de los múltiples negocios familiares (Comsa-Emte, Teyco, las cavas Sumarroca...).
· El juez del caso Palau ha dictado, finalmente, la apertura de juicio oral por este escandaloso robo. Además de Fèlix Millet y Jordi Montull –que se juegan 27 años de prisión- también está imputado el ex tesorero de CDC, Daniel Osàcar, a quien el fiscal pide 7,5 años de prisión. Además, CDC ha tenido que poner 15 sedes del partido como prenda, en previsión que tenga que pagar los 6,6 millones de multa que pide el fiscal por el tráfico de dinero de comisiones entre el Palau de la Música y la calle Córcega.
La situación del "núcleo esencial" de Convergència Democràtica es, este mes de agosto de 2015, objetivamente desesperada. Los fundadores del partido están en una irreversible espiral de destrucción de su nombre, de su vida, de sus empresas y de la organización política que crearon.
Esta es la realidad y todo el resto es hojarasca. El 27-S es el último cartucho que les queda por disparar ante el asedio judicial asfixiante que sufren. Seamos serios. De las penas que pasan –y que entiendo- la familia Pujol, la familia Osàcar, la familia Millet o la familia Sumarroca sólo hay un culpable: ellos mismos, en su infinita prepotencia e impunidad. Lo siento mucho, de verdad, pero las cosas son así.
En este sentido, también siento una inmensa empatía por todos aquellos catalanes que, de buena fe, sienten ilusión por la lista conjunta de Junts pel Sí. Pero quiero decirles que son los "tontos útiles" de la maniobra a la desesperada del "núcleo esencial" de CDC para intentar romper este angustioso e implacable asedio judicial. ¡Nadie obligó a Jordi Pujol a hacer la confesión del 25 de julio del año pasado!
Lo siento por Raül Romeva, por Muriel Casals, por Carme Forcadell, por Lluís Llach, por Germà Bel y por todos los independientes independentistas que han aceptado, de buen grado, formar parte de Junts pel Sí. Lo siento por Oriol Junqueras y ERC, que han caído en la trampa del "núcleo esencial" de CDC (¿o es al revés?). En todo caso, este 27-S se juega en clave de supervivencia de unos intereses perversos que, durante las últimas décadas, han utilizado el nombre y los símbolos de Catalunya y la sagrada memoria de los héroes que lucharon por nuestra libertad para instaurar un sistema generalizado de corrupción totalmente asqueroso e inadmisible. ¿Junts pel Sí? ¡Juntos para tapar las vergüenzas de CDC!
Tengámoslo claro: no es la independencia, es la impunidad. Por eso, el presidente Artur Mas no tiene ningún problema en romper con el socio de Unió, en "esconderse" como número 4 en la lista o en cargarse su partido. Él sabe, realmente, lo que hay.
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