El comité que audita la deuda griega sale al rescate de Tsipras y le aconseja no pagar al BCE ni al FMI
Después de tres meses de trabajo el comité, compuesto por 15
expertos internacionales y 15 nacionales, emite sus conclusiones la
misma jornada que se debate en el Eurogrupo la extensión del rescate
heleno
El informe es tajante: la deuda contraída con la troika no respeta los derechos humanos y no debe ser pagada
Los
expertos apenas prestan atención a la deuda previa a 2010 (y que
originó la necesidad inicial de rescate) y se centran en anular los
préstamos con el FMI y el BCE por no cumplir los requisitos que marcan
las propias organizaciones
El periodo que va de la victoria de Syriza al
acuerdo con los acreedores o a la ruptura de la Eurozona será recordado
como uno de los más intensos de la historia comunitaria. Casi en tiempo
de descuento, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, encontró el
sostén en la víspera de la reunión del Eurogrupo clave para tratar la
extensión del rescate en el Comité Internacional que audita la deuda
helena y que dictó sentencia sobre la "legitimidad" de la deuda griega.
Los expertos creen que las obligaciones contraídas la troika tienen
carácter "ilegítimo e ilícito" y han derivado en una deuda "odiosa" que
atenta contra los derechos humanos. La recomendación de los expertos, 15 extranjeros y 15 nacionales: el impago.
No es un algo nuevo: es un trabajo esperado por Tsipras que ha durado
un trimestre y que llega en el momento más angustioso de las
negociaciones. El foro que componen sus colegas ministros del euro no
está por la labor de flexibilizar el pago de los créditos concedidos
pero Tsipras se siente respaldado por un notable apoyo en la opinión
pública (no solo la griega). Las posiciones están tan enconadas que la
posibilidad de un default -el que sería el impago más grande de la
historia al FMI- no parece una quimera. Incluso Jean-Claude Juncker,
presidente de la Comisión Europea, ha comparecido en los últimos días
reprobando la actitud de Grecia en un gesto sin precedentes y clamando
por un recorte en las pensiones.
Para contener las exigencias de los acreedores, a
principios de abril el Parlamento heleno lanzó este comité presidido por
el politólogo belga Eric Toussaint, quien ya ha auditado otras deudas
como la de Ecuador, que derivó en una reestructuración previa
negociación con los acreedores. Profesor de la Universidad de Lieja y
presidente del Comité para la Anulación de la Deuda en el Tercer Mundo,
Toussaint, probablemente urgido por el Ejecutivo de Tsipras ante la
agonía que le espera este 18 y 19 de junio en el Eurogrupo de
Luxemburgo, presentó en Atenas un documento de 50 páginas del que el
plato fuerte se conocerá el mismo día que se reúne el Eurogrupo. Lo que
viene a continuación es un resumen de algunos de los puntos principales
del texto, que atribuye a la troika (BCE, FMI, Comisión Europea)
gravísimas imputaciones.
¿De dónde viene la deuda pública griega?
El primer capítulo del informe Toussaint se ocupa de identificar el
crecimiento descontrolado de la deuda pública griega desde los años 80
(su propósito inicial
abarcaba hasta la dictadura militar entre 1967 y 1974) hasta hoy, y por
qué ésta pasó del 113% del PIB en 2009 al 185% al cierre de 2014. El
informe concluye que este crecimiento "en ningún caso se debió a un
gasto público excesivo, ya que éste siempre permaneció muy por debajo
del de otros países de la Eurozona"; según el comité, esta explosión
tuvo más bien que ver "con el pago de intereses extremadamente elevados a
los acreedores, un excesivo e injustificado gasto militar, caída de
ingresos fiscales debido a la huida de capitales, la recapitalización de
los bancos privados por parte del Estado y los desequilibrios creados
por los defectos de la propia Unión Monetaria".
De
hecho el informe fecha el principio de los males helenos "en la adopción
del euro, que llevó a un drástico aumento de la deuda privada en Grecia
a la cual los principales bancos europeos y griegos estuvieron
expuestos". Finalmente, un primer dardo contra el Gobierno de Yorgos
Papandreu "que contribuyó a presentar lo que era una crisis bancaria
como una crisis de deuda soberana".
En el capítulo
primero se trata el maquillaje del déficit por parte del Gobierno
conservador de Nueva Democracia que precedió a Papandreu y la
reestructuración de 2012 (que solo contribuyó temporalmente a frenar la
escalada de deuda pública). Con todo, solo se dedica un capítulo a la
formación de esta deuda y los siete restantes se centran en las líneas
de crédito concedidas por la troika, a la que el informe presta
realmente su atención.
Repudio de la deuda con el FMI
El capítulo octavo concluye que la deuda pública helena bebe de cuatro
elementos que la hacen repudiable: "insostenible", "ilegal", "ilegítima"
y "odiosa". Así y con relación al FMI, la crítica del informe llega
justo cuando se apuran las horas para alcanzar un acuerdo antes del 30
de junio que permita a Atenas evitar el impago y abonar al Fondo 1.600
millones de euros.
"La deuda con el FMI debería
considerarse ilegal, ya que incumple los propios estatutos del Fondo, la
Constitución griega, el derecho internacional consuetudinario y los
acuerdos de los que Grecia forma parte". Además, el texto también
identifica una parte "odiosa" al imponer el FMI "medidas
antidemocráticas".
Impago de la deuda con el BCE
Más de lo mismo. Atenas hará en agosto frente a vencimientos de deuda
en manos del BCE por valor de más de 3.000 millones (dentro de los 7.200
millones que tendrá que devolver este verano), pero el informe
Toussaint asegura que la deuda con la institución sita en Fráncfort
debería igualmente considerarse "ilegal, porque el BCE ha sobrepasado su
mandato imponiendo la aplicación de programas de ajuste
macroeconómico".
El informe también dice que el SMP
('Securities Market Programme', primer programa de compra masiva de
deuda pública pensado para que el BCE interviniera en el mercado
secundario) estaba concebido "para servir a las instituciones
financieras".
Repudio de otras deudas
Como la
contraída con el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF, del
inglés), mediante préstamos bilaterales o con los acreedores privados.
Sobre el ESFS, el informe opina que el Acuerdo-Marco de 2010 y el
Acuerdo para la Ayuda Financiera de 2012 suponen ambos un quebranto de
derechos socio-económicos y libertades civiles.
Los préstamos ilegales deben asimismo declararse "ilegales" porque
delatan una "mala conducta de los prestamistas y contravienen el derecho
público". "Los préstamos bilaterales son también ilegítimos porque no
fueron usados en beneficio de la población sino que permitieron a los
acreedores privados ser rescatados". Más de lo mismo con la banca
privada, "que se actuó irresponsablemente antes de que la Troika
interviniera [en 2010]". "Además", recuerda el informe, "algunos
acreedores privados como los hedge funds actuaron de mala fe".
"Condicionalidad dramática"
La que aparece detrás de cada paquete de ayuda o préstamo. En el quinto
capítulo del informe se abordan "las condiciones intrusivas" que han
conducido "a la insostenibilidad de la deuda". "Estas condiciones
dramáticas", afirma el comité , "no solo produjeron una merma del PIB
sino que hicieron que el país adquiriera préstamos más elevados". Una
condicionalidad que ha derivado en "crisis humanitaria".
Impacto del rescate en los derechos humanos
Sexto capítulo, que concluye que las medidas contenidas en los
programas de rescate "afectaron directamente a las condiciones de vida
de la gente y violaron los derechos humanos, los cuales Grecia y sus
socios estaban obligados a respetar".
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