Recuerdo de mis años de carrera cuando estudiaba filosofía que una de las cuestiones que más preocupaba y ocupaba a los filósofos era establecer la posibilidad que tiene el ser humano de conocer la realidad tal cual es, de analizarla y comprenderla. Se preguntaban si nuestra subjetividad hace imposible esa tarea, si al percibir la realidad ya la estamos modificando, etc. etc.
Mi experiencia ayudando a pacientes en consulta me ha dado la posibilidad de comprender hasta qué punto nuestra subjetividad, nuestro estado de ánimo, nuestra educación y, curiosamente, nuestras espectativas de futuro, condicionan nuestra percepción de la realidad. Pongamos un ejemplo.
Imaginemos que a dos personas le pedimos que nos den una descripción sintética de la ciudad de Barcelona. Una nos dice que se trata de una ciudad oprimente y masificada, con problemas de delincuencia y exceso de turistas. La otra nos dice que es una ciudad cosmopolita, llena de iniciativas y eventos y modélica en la convivencia. Si les digo que una de las personas es un hombre de 25 años con un buen trabajo y una pareja con la que prepara un matrimonio para dentro de cuatro meses y la otra persona es una mujer madura a la que acaba de abandonar el marido con un hijo drogadicto y un contrato temporal a punto de terminarse... ¿Podría adivinar quién dijo qué de la ciudad de Barcelona?
Efectivamente, no podemos estar seguros de quién dió qué respuesta, pero lo más probable es que el hombre diera la versión más positiva y la mujer la más negativa de una misma realidad. Eso nos plantea una cuestión interesante: Puesto que miramos la realidad con el filtro de nuestra experiencia y nuestras espectativas de futuro ¿el filtro oscuro puede llevarnos a experiencias reales negativas o son las experiencias reales negativas las que nos llevan a tener un filtro oscuro? ¿Cómo empieza todo?
En realidad esa cuestión no es tan importante como otra. La cuestión importante es que las circunstacias negativas ensombrecen nuestra mirada y nuestra mirada ensombrecida nos hace más proclives a producir respuestas que nos lleven a circunstancias negativas. Un círculo vicioso en el que muchas personas se ven atrapadas. Por tanto la gran cuestión es ¿cómo salimos de ese círculo y entramos en otro positivo?
Se sorprenderían de saber el porcentaje de pacientes que requieren ayuda en este terreno concreto. Llegan a mi consulta cuando su mirada está tremendamente ensombrecida y sus circunstancias vitales son tan negativas que la persona se siente amenazada. Llegan experimentando ese círculo vicioso como una sensación de opresión, un callejón en el que no encuentran salida. Allá donde miran todo parece oscuro.
Para esas personas es de gran ayuda la mirada del psicólogo. Una mirada ajena, libre de los condicionantes que le oscurecen, una mirada amiga que además le ofrece el conocimiento de mecanismos psicológicos, de recursos útiles, de técnicas eficaces para combatir los problemas que le afectan.
Reconstruir nuestra percepción del mundo desde nuevos parámetros puede cambiar nuestra vida, puede cambiar nuestra percepción de la realidad, cambiar nuestra experiencia cotidiana.
Pero como decía un gran maestro, por muy fuerte que estire, nadie puede levantarse de una silla agarrándose del pelo y tirando hacia arriba. A veces, para hacer según qué cosas, necesitamos la ayuda de alguien que nos oriente, que nos indique los pasos que se han de dar. Como al navío atrapado en la niebla, que avanzando en la dirección adecuada llegará a un mar abierto y luminoso de amplio horizonte en el que puede navegar libre hacia mar abierto o hacia un puerto protector.
Mª José Hernando. Psicóloga
Visitas concertadas llamando al 627 908 300
Periódico "El Raval"
Cada mes sale a la calle el periódico "El Raval" con información de lo que puede interesar a quienes viven y trabajan en el barrio del Raval.
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Además del periódico, en este blog encontrarás algunos contenidos que quizás puedan interesarte también.
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viernes, 3 de diciembre de 2010
QUIENES SON «LOS MERCADOS» QUE NOS AMENAZAN?
Imaginen un edificio de cinco plantas de oficinas en la Diagonal de la empresa «Liberty Brothers», por poner un nombre cualquiera. Imaginen que es la filial de una empresa que en Manhattan tiene otro edificio de 50 plantas que es la sede central. Luego les explico lo que hacen.
Ahora piensen en las sucursales de bancos y caixas de nuestros barrios. Cada día un río de dinero entra en ellas: viene de las domicialiciones de nóminas, de las domicialiaciones de pensiones, de las recau-daciones de los comercios, de las ventas de pisos, coches, etc, de las herencias, de los cobros por servicos, y de los depósitos de los que pueden ahorrar a fin de mes. Bien. Todo ese dinero que entra no se queda en las sucursales. Solo queda una pequeña parte para que usted pueda ir sacando del cajero pequeñas cantidades de dinero. Pero la mayor parte no está allí.
El dinero que confluye en bancos y caixas lo cogen las caixas y los bancos y lo «colocan» en fondos de inversión para que produzca unos intereses. Para ello van al edificio de «Liberty Brothers» en la Diagonal y le piden a los agresivos especialistas que hay allí que con ese dinero hagan préstamos. ¿Prestamos a quién?
Los de «Liberty Brothers» cogen todo ese dinero de los bancos de nuestros barrios y de los bancos de todos los barrios del mundo y lo usan para comprar acciones de empresas en el mercado de la bolsa que todos conocemos; pero también lo usan para comprar emisiones de deuda de los estados.
Las empresas piden dinero para mejorar sus maquinarias, para abrir nuevas delegaciones, etc, etc. Tienen planes, piensan que podrán devolver el préstamo, los intereses y además, tener un beneficio. Si los planes salen bien, claro.
Ahora imaginen un estado que quiere hacer una gran autopista. Hace lo mismo: pide dinero a través de la emisión de bonos, obligaciones , etc, es decir, pide dinero prestado que luego tendrá que devolver con intereses. ¿Por qué pide prestado en lugar de esperar a ahorrar hasta tener lo suficiente para hacer la autopista?. Porque piensa que si hace la autopista ahora, cuando esté funcionando podra obtener bene-ficios para sus empresas al mejorar el transporte y esas empresas pagarán impuestos mayores al tener mayores beneficios y con esa recaudación mayor podrá devolver el préstamo, los intereses y hasta ganar algo más para invertir en otras cosas.
Todos van a una especie de «lonja del dinero» que funciona como una lonja del pescado. Pero el pescado son acciones, bonos, divisas... Allí los chicos de Liberty Brothers y otros como ellos utilizan el dinero que les han confiado los bancos, que es, no lo olvidemos, el dinero de mucha gente que se lo ha confiado a ellos para que les produzcan intereses. Y compran, por ejemplo, bonos de deuda de España, es decir, prestan dinero a España. Lo prestan con un interés más o menos alto según sean las posi-bilidades de riesgo: si hay riesgo de que no devuel-van...mayor interés, si es una inversión muy segura, menor interés. Su negocio es que cuando España devuelva el dinero obtendrán un beneficio. Ese beneficio se lo pasarán a los bancos que les dieron el dinero quedándose con una parte, y los bancos se lo pasarán a la gente que les dió el dinero a ellos para que les produzcan intereses, quedándose otra parte. Y todos tienen beneficios!!... Salvo que los planes fallen.
El problema está en que a veces las empresas no calculan bien y no obtienen esos beneficios que esperaban y no pueden devolver el dinero como pensaban. O los estados no calculan bien y hay la perspectiva de que quizás no puedan pagar. O se hace circular el rumor de que quizás tal o cual estado no ha calculado bien...Esto hace que cuando quieran pedir más dinero los intereses sean tan altos que no compensen. Y llega el colapso. Los estados necesitan dinero ahora pero nadie se lo quiere prestar y tienen que hacer recortes, reducir gastos en pensiones, en sueldos de funcionarios, en infraestructuras, en servicios...
¿Culpa de los chicos malos de «Liberty Brothers» que mandan en la «lonja del dinero»?. A veces. Pero no olvidemos que estos chicos manejan el dinero de millones de personas que quieren que su dinero les de intereses cuanto mayores mejor. Manejan el dinero de millones de personas de las clases altas pero también de las clases medias de los países ricos. De mucha gente que usted conoce que «coloca» sus ahorros para obtener más. Unos tienen más y otros tienen menos, pero al final, todos buscan lo mismo. Beneficios. Este es el famoso «sistema» capitalista del que tanto se habla. (Continuará)
A.Baraca
Ahora piensen en las sucursales de bancos y caixas de nuestros barrios. Cada día un río de dinero entra en ellas: viene de las domicialiciones de nóminas, de las domicialiaciones de pensiones, de las recau-daciones de los comercios, de las ventas de pisos, coches, etc, de las herencias, de los cobros por servicos, y de los depósitos de los que pueden ahorrar a fin de mes. Bien. Todo ese dinero que entra no se queda en las sucursales. Solo queda una pequeña parte para que usted pueda ir sacando del cajero pequeñas cantidades de dinero. Pero la mayor parte no está allí.
El dinero que confluye en bancos y caixas lo cogen las caixas y los bancos y lo «colocan» en fondos de inversión para que produzca unos intereses. Para ello van al edificio de «Liberty Brothers» en la Diagonal y le piden a los agresivos especialistas que hay allí que con ese dinero hagan préstamos. ¿Prestamos a quién?
Los de «Liberty Brothers» cogen todo ese dinero de los bancos de nuestros barrios y de los bancos de todos los barrios del mundo y lo usan para comprar acciones de empresas en el mercado de la bolsa que todos conocemos; pero también lo usan para comprar emisiones de deuda de los estados.
Las empresas piden dinero para mejorar sus maquinarias, para abrir nuevas delegaciones, etc, etc. Tienen planes, piensan que podrán devolver el préstamo, los intereses y además, tener un beneficio. Si los planes salen bien, claro.
Ahora imaginen un estado que quiere hacer una gran autopista. Hace lo mismo: pide dinero a través de la emisión de bonos, obligaciones , etc, es decir, pide dinero prestado que luego tendrá que devolver con intereses. ¿Por qué pide prestado en lugar de esperar a ahorrar hasta tener lo suficiente para hacer la autopista?. Porque piensa que si hace la autopista ahora, cuando esté funcionando podra obtener bene-ficios para sus empresas al mejorar el transporte y esas empresas pagarán impuestos mayores al tener mayores beneficios y con esa recaudación mayor podrá devolver el préstamo, los intereses y hasta ganar algo más para invertir en otras cosas.
Todos van a una especie de «lonja del dinero» que funciona como una lonja del pescado. Pero el pescado son acciones, bonos, divisas... Allí los chicos de Liberty Brothers y otros como ellos utilizan el dinero que les han confiado los bancos, que es, no lo olvidemos, el dinero de mucha gente que se lo ha confiado a ellos para que les produzcan intereses. Y compran, por ejemplo, bonos de deuda de España, es decir, prestan dinero a España. Lo prestan con un interés más o menos alto según sean las posi-bilidades de riesgo: si hay riesgo de que no devuel-van...mayor interés, si es una inversión muy segura, menor interés. Su negocio es que cuando España devuelva el dinero obtendrán un beneficio. Ese beneficio se lo pasarán a los bancos que les dieron el dinero quedándose con una parte, y los bancos se lo pasarán a la gente que les dió el dinero a ellos para que les produzcan intereses, quedándose otra parte. Y todos tienen beneficios!!... Salvo que los planes fallen.
El problema está en que a veces las empresas no calculan bien y no obtienen esos beneficios que esperaban y no pueden devolver el dinero como pensaban. O los estados no calculan bien y hay la perspectiva de que quizás no puedan pagar. O se hace circular el rumor de que quizás tal o cual estado no ha calculado bien...Esto hace que cuando quieran pedir más dinero los intereses sean tan altos que no compensen. Y llega el colapso. Los estados necesitan dinero ahora pero nadie se lo quiere prestar y tienen que hacer recortes, reducir gastos en pensiones, en sueldos de funcionarios, en infraestructuras, en servicios...
¿Culpa de los chicos malos de «Liberty Brothers» que mandan en la «lonja del dinero»?. A veces. Pero no olvidemos que estos chicos manejan el dinero de millones de personas que quieren que su dinero les de intereses cuanto mayores mejor. Manejan el dinero de millones de personas de las clases altas pero también de las clases medias de los países ricos. De mucha gente que usted conoce que «coloca» sus ahorros para obtener más. Unos tienen más y otros tienen menos, pero al final, todos buscan lo mismo. Beneficios. Este es el famoso «sistema» capitalista del que tanto se habla. (Continuará)
A.Baraca
Publicado por
Javier Alegría
en
18:26
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200 Meses contra corriente
Este ejemplar que tiene en sus manos es el que hace el núemro 200 de nuestro periódico. Son por tanto 200 meses desde que en Abril de 1994 salimos a la calle. Momento oportuno para hacer un repaso de lo que han sido estos casi diecisiete años de información, opinión y compromiso con el barrio del Raval.
La Barcelona que saltaba de júbilo junto a su alcalde Maragall tras la concesión de los JJOO tenía bajo su alfombra una realidad dolorosa. Un barrio al que, paradojas de la vida, los medios de comunicación trataban con un cariño especial: hablaban del barrio «canalla», de «la magia de las Ramblas», de sus callejones oscuros, de sus locales cutres...y lo hacían de forma que pareciera un valor a preservar, una especie de último reducto de los valores de la vida bohemia y transgresora. Pero la realidad era que el Raval de los años 80 era un guetho de pobreza y marginalidad, con más de una veintena de calles en las que centenares de prostitutas seguían atendiendo las demandas «portuarias» de décadas anteriores. Un barrio habitado por una población de un nivel educativo muy por debajo de la media de la ciudad, un barrio urbanísticamente anticuado, en el que la mayoría de las viviendas suspendería cualquier evaluación de habitabilidad. Un barrio de dentaduras podridas, de hogares desestructurados, de niños desatendidos...
Aquella Barcelona preolímpica no podía permitirse un barrio como el Raval en pleno centro de la ciudad. El análisis de los expertos no dejaba dudas acerca de lo que resultaba procedente. Era necesario tratarlo como a un enfermo de cáncer: cirugía y quimioterapia.
La cirugía se llamó PERI. Un plan integral de reforma urbanística que consistía en abrir espacios centrales amplios extirpando manzanas enteras de viviendas. «Que llegue la luz donde ahora hay intrincados callejones que impiden que la luz del sol llegue al suelo, que se abran espacios amplios que permitan la relación vecinal, la celebración de actos y de fiestas»...
La quimioterapia era la instalación de equipamientos culturales de primer orden (Macba, CCCB, Filmoteca, etc, etc.) Con ellos el barrio iniciaría un proceso de transformación a medio plazo, atraería artistas, estudiantes, profesores, nuevos profesionales, nuevo comercio, nuevos vecinos y poco a poco un nuevo modelo de convivencia.
La aplicación del «tratamiento» fue saludada por los medios de comunicación con cierta indiferencia. Cuando en abril de 1994 nació el periódico «El Raval» los medios de comunicación tradicionales todavía gozaban con la Barcelona Olímpica y se «entretenían» con los casos de corrupción que habrían de acabar con los gobiernos de Felipe Gonzalez. El Raval no tenía focos.
Pero justamente en esos momentos los focos eran más necesarios que nunca. Porque los primeros pasos del PERI fueron dados por una empresa llamada PROCIVESA que, ante la pasiva (y quien sabe si algo peor) complacencia de quienes debían defender a los vecinos, se dedicó a cometer todo tipo de tropelías e irregualridades. Los casos de abusos se multiplicaron en las expropiaciones; las contratas de derribos y las adjudicaciones de obras se hacían en medio de una opacidad sospechosa y los plazos y los compromisos con los vecinos se inclumplían casi por sistema...todo o casi todo se hacía mal.
«El Raval» nació contracorriente. Mientras los grandes medios seguían con su vieja canción del barrio chino y saludaban las obras sin el más mínimo espíritu crítico como una expresión más de la transformación de la nueva Barcelona postolímpica, nuestro periódico denunciaba los despropósitos del PERI y luchaba contra los nostálgicos del «barrio canalla» reivindicando la necesidad de un nuevo Raval que no debía nacer en una cuna de abusos, irregularidades e incumplimientos. Finalmente PROCIVESA fue apartada para ser sustituida por Foment de Ciutat Vella que continuó la labor del PERI corrigiendo aquel rumbo inaceptable de la empresa predecesora.
Y entonces llegó lo inesperado. Cuando todavía las calles estaban llenas de obras, ruídos, polvo; cuando los grandes equipamientos todavía «asustaban» a un vecindario que tras soportar los años de pobreza estaba teniendo que soportar las molestias de las transformaciones y las despedidas de muchos vecinos de toda la vida... el éxito de la marca Barcelona atrajo a millones de turistas a la ciudad y al mismo tiempo llegó la mayor oleada de inmigración internacional de la historia de la ciudad. ¡¡Nadie había previsto eso!!
En los últimos años, mientras la transformación del Raval avanza, cuando los esfuerzos de organismos y entidades tratan de dejar en el pasado aquel «Chino» de sufrimiento, nuestro periódico vuelve a estar contracorriente. Mientras nosotros tratamos de apoyar cuanto de positivo (que es mucho) hay en este laborioso proceso de mejora, los grandes medios se dedican a subrayar, cada vez de una forma más interesada, aquellos aspectos negativos que puedan dar la impresión de estancamiento o retroceso.
Allá cada cual con sus responsabilidades. Nosotros nos reafirmamos en nuestra línea: seguiremos apoyando los esfuerzos de mejora, seguiremos dando espacio a las entidades, seguiremos informando de cuanto de positivo se haga y seguiremos criticando a los voceros del morbo. En fin. Así somos.
La Barcelona que saltaba de júbilo junto a su alcalde Maragall tras la concesión de los JJOO tenía bajo su alfombra una realidad dolorosa. Un barrio al que, paradojas de la vida, los medios de comunicación trataban con un cariño especial: hablaban del barrio «canalla», de «la magia de las Ramblas», de sus callejones oscuros, de sus locales cutres...y lo hacían de forma que pareciera un valor a preservar, una especie de último reducto de los valores de la vida bohemia y transgresora. Pero la realidad era que el Raval de los años 80 era un guetho de pobreza y marginalidad, con más de una veintena de calles en las que centenares de prostitutas seguían atendiendo las demandas «portuarias» de décadas anteriores. Un barrio habitado por una población de un nivel educativo muy por debajo de la media de la ciudad, un barrio urbanísticamente anticuado, en el que la mayoría de las viviendas suspendería cualquier evaluación de habitabilidad. Un barrio de dentaduras podridas, de hogares desestructurados, de niños desatendidos...
Aquella Barcelona preolímpica no podía permitirse un barrio como el Raval en pleno centro de la ciudad. El análisis de los expertos no dejaba dudas acerca de lo que resultaba procedente. Era necesario tratarlo como a un enfermo de cáncer: cirugía y quimioterapia.
La cirugía se llamó PERI. Un plan integral de reforma urbanística que consistía en abrir espacios centrales amplios extirpando manzanas enteras de viviendas. «Que llegue la luz donde ahora hay intrincados callejones que impiden que la luz del sol llegue al suelo, que se abran espacios amplios que permitan la relación vecinal, la celebración de actos y de fiestas»...
La quimioterapia era la instalación de equipamientos culturales de primer orden (Macba, CCCB, Filmoteca, etc, etc.) Con ellos el barrio iniciaría un proceso de transformación a medio plazo, atraería artistas, estudiantes, profesores, nuevos profesionales, nuevo comercio, nuevos vecinos y poco a poco un nuevo modelo de convivencia.
La aplicación del «tratamiento» fue saludada por los medios de comunicación con cierta indiferencia. Cuando en abril de 1994 nació el periódico «El Raval» los medios de comunicación tradicionales todavía gozaban con la Barcelona Olímpica y se «entretenían» con los casos de corrupción que habrían de acabar con los gobiernos de Felipe Gonzalez. El Raval no tenía focos.
Pero justamente en esos momentos los focos eran más necesarios que nunca. Porque los primeros pasos del PERI fueron dados por una empresa llamada PROCIVESA que, ante la pasiva (y quien sabe si algo peor) complacencia de quienes debían defender a los vecinos, se dedicó a cometer todo tipo de tropelías e irregualridades. Los casos de abusos se multiplicaron en las expropiaciones; las contratas de derribos y las adjudicaciones de obras se hacían en medio de una opacidad sospechosa y los plazos y los compromisos con los vecinos se inclumplían casi por sistema...todo o casi todo se hacía mal.
«El Raval» nació contracorriente. Mientras los grandes medios seguían con su vieja canción del barrio chino y saludaban las obras sin el más mínimo espíritu crítico como una expresión más de la transformación de la nueva Barcelona postolímpica, nuestro periódico denunciaba los despropósitos del PERI y luchaba contra los nostálgicos del «barrio canalla» reivindicando la necesidad de un nuevo Raval que no debía nacer en una cuna de abusos, irregularidades e incumplimientos. Finalmente PROCIVESA fue apartada para ser sustituida por Foment de Ciutat Vella que continuó la labor del PERI corrigiendo aquel rumbo inaceptable de la empresa predecesora.
Y entonces llegó lo inesperado. Cuando todavía las calles estaban llenas de obras, ruídos, polvo; cuando los grandes equipamientos todavía «asustaban» a un vecindario que tras soportar los años de pobreza estaba teniendo que soportar las molestias de las transformaciones y las despedidas de muchos vecinos de toda la vida... el éxito de la marca Barcelona atrajo a millones de turistas a la ciudad y al mismo tiempo llegó la mayor oleada de inmigración internacional de la historia de la ciudad. ¡¡Nadie había previsto eso!!
En los últimos años, mientras la transformación del Raval avanza, cuando los esfuerzos de organismos y entidades tratan de dejar en el pasado aquel «Chino» de sufrimiento, nuestro periódico vuelve a estar contracorriente. Mientras nosotros tratamos de apoyar cuanto de positivo (que es mucho) hay en este laborioso proceso de mejora, los grandes medios se dedican a subrayar, cada vez de una forma más interesada, aquellos aspectos negativos que puedan dar la impresión de estancamiento o retroceso.
Allá cada cual con sus responsabilidades. Nosotros nos reafirmamos en nuestra línea: seguiremos apoyando los esfuerzos de mejora, seguiremos dando espacio a las entidades, seguiremos informando de cuanto de positivo se haga y seguiremos criticando a los voceros del morbo. En fin. Así somos.
Publicado por
Javier Alegría
en
18:24
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