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domingo, 26 de septiembre de 2010

El discurso xenófobo

La utilización del discurso xenófobo se basa en unos principios básicos:
1.- Generalización interesada. Si hay un grupo de delincuentes en una zona y ese grupo está formado por hombres, jóvenes, morenos y de otro país, el xenófobo no dirá que «los hombres son delincuentes» o que «los jóvenes son delincuentes» o que los «morenos son delincuentes»; dirá que «los inmigrantes son delincuentes», o, si quiere lanzar la piedra pero esconder la mano dira: «los inmigrantes son «problemáticos».
Cuando las afirmaciones son de un político, se supone que culto, inteligente y preparado, pensar que se trata de un error es una ingenuidad. Sabe perfectamente que está haciendo una gene-ralización interesada, injusta y malintencionada. Lo hace, sin duda, por un interés electoral. Y le importa un pimiento si con ello muestra su escaso nivel ético.
2.- Utilización de la incultura: el xenófobo siempre lanza ese tipo de argumentos dirigiéndose a auditorios incultos. Sabe mejor que nadie que solo a las personas poco informadas o con un bajo nivel de reflexión les harán el efecto deseado. Las personas más cultas rápidamente advertirían la manipulación de los argumentos y el interés infame de quien los utiliza.
3.- Culpabilización: En momentos de crisis económica, de los que la historia está bien surtida, siempre aparecen los argumentos xenófobos o racistas para apuntar la furia de las víctimas de las crisis hacia colectivos socialmente débiles a los que es más fácil agredir. Desvían de ese modo la atención de quienes en realidad son los responsables de la situación: las clases que dominan los medios de producción, las finanzas, el poder político y el poder mediático.
En esta crisis es evidente que los causantes de los problemas, que las clases populares padecen, son los grandes especuladores financieros y, en otra medida, la banca. Curiosamente son justo los dirigentes políticos del partido que representa a esos intereses, el PP, quienes han iniciado el discurso xenófobo.
¿Por qué el PP utiliza el discurso xenófobo ahora en Catalunya?
Porque sabe que el ruído que se provocará probablemente desvíe la atención de otro tema de mayor calado y trascendencia que no les conviene que se agite en los días pre-electorales: la política del PP respecto a Catalunya.
El PP lleva años utilizando a Catalunya para obtener un perfil más «nacional» que le da importantes réditos electorales en el resto de España. El tema de los papeles de Salamanca, la utilización del supuesto «problema del castellano en Catalunya» y sobre todo la impugnación del Estatut que acabó siendo recortado por el Constitucional son ejemplos de esta política electoral que, lógicamente, en Catalunya les trae pérdidas electorales. Tales pérdidas son asumidas con regocijo por los dirigentes nacionales del PP cuando se trata de elecciones de ámbito nacional (autonómicas o municipales) porque son compen-sadas con creces por los beneficios recogidos en otras autonomías...pero ahora se trata de elecciones autonómicas en Catalunya y no hay nada que ganar en otros lares.
Aunque lo más lamentable del discurso xenófobo es comprobar cómo reaccionan algunas personas ante él. Ver cómo pobres atacan a pobres, cómo víctimas atacan a otras víctimas recuerda a las películas de Buñuel y a la obra de Victor Hugo. Si algo resulta irritante en el discurso xenófobo es comprobar cómo funciona, cómo en seguida aparecen miserables dispuestos a escupir a otros más miserables todavía, como el mendigo con zapatos insulta al mendigo descalzo.
Para quienes tuvimos la esperanza de que las clases populares, uniéndose, tendrían la fuerza suficiente para acabar con los abusos de las clases dominantes, resulta penoso comprobar cómo esas clases populares son las primeras víctimas de la manipulación xenófoba. Mientras ellos se broncean junto a sus piscinas en jardines de lujo, nosotros nos enfrentamos en nuestros barrios más pobres.
Aplicar las leyes a los delincuentes es una cosa, pero que inmi-grantes de otras regiones, aquellos «xarnegos», griten alterados que el problema son los inmigrantes de otros países desgasta mi fe en que otro mundo es posible. Siempre he pensado que si otro mundo es posible, será porque lo consigan quienes ocupan los puestos del fracaso en este mundo que tenemos. Que los triunfadores sociales sean quienes vayan a cambiar el mundo... no se lo cree ni alguien tan ingenuo como yo.
Javier Alegría

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