Periódico "El Raval"

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miércoles, 7 de marzo de 2018

El "clima psicológico". Mª José Hernando. Psicóloga

Me gustaría hablarles de un concepto poco utilizado pero que me parece realmente importante: «el clima psicológico».

El «clima psicológico» es el conjunto de condiciones e influencias psicológicas (interpersonales y socioculturales) que afectan a la vida y al desarrollo psíquicos.

Seguramente estén más familiarizados con el concepto de «clima laboral» o el de «clima festivo» o de «clima familiar». En todos ellos se habla de lo mismo: del clima psicológico en el que se desarrolla una actividad, normalmente social. Y, según sea ese «clima», se interpreta como favorecedor o al contrario, como una dificultad añadida al desarrollo normal de lo que sucede.

Las personas no somos máquinas frías, automáticas y estables. Cada persona atraviesa por estados de ánimo personales, por ciclos vitales, por «días buenos» y «días malos». También somos seres sociales que interactuamos constantemente con otros seres humanos: en la familia, en el trabajo, en las calles, incluso interactuamos a través de las redes sociales y los medios de comunicación. El conjunto de todas esas «interacciones» genera un «clima psicológico» del que cada persona absorbe en función de su estado de ánimo. Les pondré un ejemplo: en medio de la crisis económica una persona se enamora y acaba sus estudios universitarios e inmediatamente recibe una buena oferta de trabajo... El clima social que le envuelve está lleno de pesimismo y preocupación pero ¿cree usted que su «clima psicológico» será igual de pesimista? La respuesta lógica es que no, porque los acontecimientos personales le habrán generado seguramente un estado de ánimo muy positivo pese al clima social reinante.  Sin embargo, a la persona a la que ese mismo clima social le pille en otro momento vital, probablemente le genere un clima psicológico bastante más «oscuro». La primera persona afrontará las tareas y retos cotidianos con una energía y una capacidad de respuesta mayor y la segunda todo lo contrario.

Así pues, los climas psicológicos tienen una gran importancia porque nos ayudan o nos perjudican en lo más concreto, en las tareas cotidianas. Podemos vivir en ambientes pesimistas  que no ayudan pero también podemos atravesar por momentos de mayor fuerza personal incluso en los peores momentos sociales, laborales o familiares. Analizar nuestros «climas psicológicos» nos puede servir mucho para comprender no tanto lo que estamos viviendo sino, sobre todo, para comprender cómo lo estamos viviendo. Un problema para eso suele ser la auto-observación: si el que observa está atrapado por un «clima psicológico» su evaluación estará condicionada también por él. Por eso la mirada atenta y capacitada de un profesional nos puede ser de gran ayuda. Yo creo que merece la pena pensar en ello. 
Mª José Hernando. Psicóloga
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Dia de la mujer trabajadora

Cada año el calendario marca el día 8 de marzo como el «Día de la Mujer Trabajadora» y cada año el mes se llena de reivindicaciones relacionadas con la discriminación de las mujeres en nuestra sociedad. Pero este año, el mes de marzo se presenta aún más intenso en ese sentido porque se ha producido un repunte de la sensibilización debido principalmente a cuatro causas: la onda mundial reivindicativa (de la que la reacción de Hollywod es quizá la más mediática); las cifras escandalosas de la brecha salarial entre hombres y mujeres y las declaraciones de M.Rajoy en este sentido; las cifras y la deficiente gestión del estado en materia de violencia de género;  y la determinación del propio colectivo de mujeres que ha llevado a la convocatoria de una «huelga de mujeres» el próximo día 8 de marzo.

Cuesta creer que en 2018 se mantengan tantas razones para la convocatoria de una huelga de esta naturaleza. Pero lo cierto es que las razones son sólidas y más que justificadas. El papel social de la mujer no ha dejado de evolucionar a lo largo del siglo XX (principalmente) pero, pese a ello, en este siglo aún se mantienen estructuras (mentales, sociales, económicas y hasta legales) que crean las condiciones para que las diferencias injustificables entre hombres y mujeres  se sigan manteniendo. Y eso es inaceptable en una sociedad que se pretende que sea democrática. La postura de los partidos de derecha poniendo pegas a la convocatoria y  las respuestas, de M.Rajoy especialmente, la retratan como principal responsable, aunque no único, de la situación. Todo el resto de la sociedad estamos obligados a apoyar las reivindicaciones de las mujeres. Son justas, son oportunas y son imprescindibles.  

Narcotours

Durante las últimas semanas, el colectivo vecinal que agrupa a vecinos de las calles Roig, Picalquers y Riereta, han convocado recorridos por los pisos ocupados por traficantes de droga en el Raval. Les han llamado «narcotours» y han sido invitados representantes de los partidos políticos y de los medios de comunicación. Este último con un éxito sin precedentes en la afluencia de periodistas para una convocatoria en el barrio, algo que solo se entiende por el contenido morboso de la cita y que refuerza la idea de que el Raval es más noticia cuando de por medio hay sangre, prostitución y/o droga.

La convocatoria ha marcado una grieta más en las diferencias entre este colectivo vecinal y Acción Raval -otro colectivo vecinal comprometido en la lucha contra la especulación inmobiliaria y, lo que consideran una variante, la ocupación de pisos y locales por parte de traficantes-. La primera ya surgió cuando Acció Raval defendió la «ocupación preventiva» de pisos y locales mientras la primera la rechazaba por considerarla ilegal. 

En el tema de la ocupación preventiva es evidente que ambas organizaciones tienen sus razones y que ambas son justificables. Pero en el asunto de los narcotours la opinión de este periódico ha sido y será siempre la misma: somos absolutamente contrarios a la utilización de la pobreza, la marginalidad y el morbo de las noticias relacionadas con drogas, prostitución y violencia. Entendemos que son problemas que se han de resolver y que, precisamente en la resolución de estos problemas, el amarillismo disfrazado de información no ayuda sino que contribuye a una estigmatización que tiende a perpetuar el problema añadiendo otro más.

Que 60 periodistas de una cincuentena de medios recorran las calles no aporta una información significativa a lo que todos ellos ya saben. Las imágenes de esos pisos y de sus lamentables condiciones ya están hace tiempo en todas las redacciones. Y los partidos ya tienen sus consellers del distrito que saben perfectamente lo que sucede. El narcotour es otra cosa, es una operación mediática que pretende presionar políticamente a la alcaldesa (a quien se dirigen habitualmente las críticas de esta asociación). El problema es que se hace a costa de empeorar significativamente la imagen pública del barrio perjudicando sensiblemente a comerciantes, entidades y vecinos que trabajan hace muchos años por mejorar esa imagen.