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sábado, 7 de diciembre de 2013

"EL RAVAL" Diciembre 2013. Número 236

"HILITOS" DE RECUPERACIÓN. Editorial del periódico "El Raval" de diciembre de 2013

Rajoy y todo el coro de ministros que le rodea, altos cargos de instituciones financieras, directivos de la banca, incluso el nuevo presidente del Cercle D’Economía, Antón Costas, hablan hace semanas de indicios de recuperación. A diferencia de los anteriores, éste último aclara que, para la gente, tal recuperación será muy larga y muy lenta y que la medida será la creación de empleo.

Hace un par de años que gobierna el PP. Quizás sea oportuno recordar que, en los momentos de la campaña electoral se oyó decir a mucha gente que votaría al PP por esta idea: «Estos son los que mejor saben cuidar de su dinero, son los que mejor sabrán sacar a España de la crisis». Ahora, con la perspectiva que da el tiempo y la observación de las medidas tomadas por Rajoy y sus ministros, podemos afirmar que la gente que así se expresaba tenía razón... en parte. Concretamente, en la primera parte: han sabido cuidar de su dinero. En solo dos años, el país se ha partido en dos. Si atendemos a los datos, la parte de la ciudadanía que tenía un alto poder adquisitivo, ha podido mantener más o menos los mismos niveles de consumo y renta. Así lo indican los datos referidos a la marcha del «mercado del lujo». Por otro lado, la inmensa mayoría de la población ha visto como la crisis barría a una velocidad impresionante su nivel de vida. Más de un millón de puestos de trabajo perdidos, notable recorte en los sueldos, bajada en el poder adquisitivo de las pensiones y un mercado laboral desastroso que genera ya más emigrantes que inmigrantes.

Los hilitos de recuperación, o los brotes verdes, o cualquier otra metáfora para referirse al proceso de regreso a los niveles de 2007 van a tardar décadas. Porque lo que ha sucedido es precisamente un retroceso en derechos de los trabajadores y las clases medias para que el país se equipare a los antes llamados «países en vías de desarrollo». El PP ha gestionado eficientemente el traslado de España desde el grupo de los países punteros al vagón de los países «competitivos», que es el eufemismo con el que se pretende suavizar la realidad: para el PP «un país competitivo» no es un país en el que se optimizan los avances en I+D+I, se protege y apoya la investigación y la cultura y se mima a un sistema educativo que garantice el futuro. Para el PP «un país competitivo» es un país en el que resulta fácil explotar laboralmente a un amplio mercado de trabajo en el que unas desesperadas clases trabajadoras están dispuestas a aceptar sueldos tercermundistas y trabajos poco cualificados. 

Pese a toda la retórica mentirosa del gobierno que sufrimos, los mortales sabremos que habrá empezado la recuperación cuando aumenten los contratos de trabajo tanto en número como en remuneración. Y punto. Todo lo demás son milongas. Y habremos salido de la crisis cuando en este país haya un 7% (o menos) de paro con contratos dignos.

Hasta entonces ¿qué podemos hacer?. Como votar no podemos hasta que se cumpla el plazo de cuatro años de condena al que la Constitución obliga (hasta que se actualice, que bien que la actualizaron para complacer a la banca) hay otras cosas que sí podemos hacer en esta situación extrema. Y las estamos haciendo. Estamos disparando los datos de la solidaridad ciudadana. Se están organizando y movilizando colectivos por todas partes. Se están enviando, a través de las encuestas, señales claras a los políticos. Y se están dando infinidad de pequeños ejemplos de solidaridad y apoyo mútuo no solo en las familias, también en los barrios, en las entidades y en todos los ámbitos de relación.

Ahora llegan las fechas de los gastos imposibles de eludir: cenas, fiestas, regalos... Sabemos que muchísima gente no podrá consumir porque ya no tiene ninguna capacidad para hacerlo; a duras penas les alcanza para intentar vivir sin que les echen de sus casas o les corten los suministros. Pero otros aún podemos hacer algunas compras y gastar algunos euros en estas fechas. A todos los que se identifiquen con esta situación lanzamos un mensaje: estas fiestas hagan todos sus gastos en los  locales del barrio. Que no se pierda ni un euro en hacer sonreir a los miembros de los consejos de administración de las grandes empresas y marcas mientras nuestros vecinos luchan a metros de nosotros por mantener a flote sus negocios. En momentos así todos nos necesitamos. Ellos, «los otros» ya han demostrado que saben «cuidar de su dinero», los que nos necesitan de verdad, están más cerca. Apenas a unas calles de distancia. Y nos ofrecen todo lo que necesitamos. ¡Felices fiestas!